Una furtiva lacrima...
Me da mucha rabia. Otra vez me ha vuelto a pasar. A pesar de saber que no iba a pasar, esperaba su llamada antes de que acabase el día. El día finalizó sin que apareciera su número en mi teléfono. Y mi cabeza me decía todo el tiempo que no debía esperar nada, es más, se supone que, si todavía me dura el enfado, no debería alegrarme de que me llamase, si no al contrario. Pero aún así, no pude evitar que se me escapara una traidora lágrima (sólo una) cuando estaba a punto de acostarme. Supongo que es mucho más fácil engañar a mi cabeza que a mi corazón...
El Vizconde Blazz y yo hemos estado en el cine viendo lo último de Tim Burton, que personalmente recomiendo a todo el mundo. Es un cuento, tampoco es una gran película, pero visualmente es brutal y no paré de reírme durante toda la sesión. Tengo que explorar más el universo de Roald Dahl, me parece fascinante. Como contraste, al llegar a casa he estado viendo (otra vez) "Los amantes del círculo polar". Tengo una fascinación enfermiza por Nawja Nimri y un fetichismo personal por su voz susurrante.
He de aclarar, por si alguien se queda colgado de mi inicio que no suelo llorar cuando estoy triste. Cuando lloro, suele ser de rabia, de impotencia, cuando me doy cuenta de que algo se escapa a mi control. Cuando era pequeña nunca lloraba. Pensaba que me iba a comer el mundo y era muy contestona. Miraba siempre desafiando a quien tuviera enfrente. Supongo que si habré llorado de niña, pero soy incapaz de recordarlo. Mi memoria siempre me protege de estas cosas y cierra la puerta en las narices a todos mis fantasmas. Lo que no se dice, no existe...