Anoche me pidió que fuera optimista, como un ejercicio de planteamiento personal. Podría decir que desde hace unos años, el optimismo va en contra de mi naturaleza. Dicen que los pesimistas son optimistas informados. Yo siempre me he considerado realista, que es el termino medio entre el optimismo y el pesimismo. Me parece bastante infantil seguir siendo optimista cuando la vida te quita constantemente las ganas de confiar en que todo saldrá bien.
Como lo de la fábula aquella del tipo que era pobre, lo cual era malo. Pero por ser el más pobre, un rico le regaló un caballo, lo cual era bueno. Pero su hijo se cayó, montando en ese caballo y murió, lo cual era malo. Pero en el funeral conoció a su nueva esposa, lo cual era bueno... Así infinitamente...
Tampoco es el lado opuesto. No creo que todo vaya a salir mal siempre, simplemente, no confío en que al final todo acaba bien. Eso sólo pasa en las películas.
Como dicen los cirujanos "Confía en lo mejor pero prepárate para lo peor".
La que me mira desde el espejo está echando una moneda al aire y esperando a ver si sale cara o cruz.
Kontuz Kotzebue escribe para The Eclectic Library
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