La carga de la Diva

Las aventuras y desventuras de la Diosa Odiosa, vida de milagro, y otras historias de The Eclectic Library...

lunes, agosto 29, 2005

Memento vivere

Sin haber dormido durante la noche y sin conseguir dormir en todo el día. Dándole vueltas a la cabeza sin parar. La mitad del día, con el Vizconde Blazz. Acabé comprando otro cd de Barbra Streisand, al final los tendré todos. He comido sin tener hambre y el estómago me está matando.
Ella está estudiando. Intercambiamos algunos sms. No quiero entretenerle (¡y si estás leyendo esto sabes que deberías estar leyendo tus apuntes!). La semana que viene comienza los exámenes y debería aprobar. Y yo, que sólo le deseo cosas buenas, no pretendo ser un estorbo en sus estudios. Pero le he echado de menos. Intento mantenerme al margen, pero no es tan fácil.
He estado viendo "Sobreviviré" y me he acordado que es así como conocí a Lucía Etxebarria, cuando recibió mi crítica de la película. De hecho tengo una foto con ella en la que lleva la misma ropa que utiliza en el pequeño cameo que hace en la película. Aunque la verdad, de toda la película, lo único que me gusta es la banda sonora y, quizás, Nuria Prims.
Tengo que hablar con el Killo sobre unas cuantas cosas. Debería acostumbrarme a vivir sin confesor. Pero el ser humano es así, construye su seguridad en el apoyo ajeno.
Es urgente que empiece a creer un poco más en mí y me libre del velo negro de la desilusión que desde hace tanto tiempo me cubre. La vida es ahora...

Monday, bloody Monday

Desde que soy capaz de recordarlo, los lunes siempre han sido una maldición. No sólo porque se acaba el fin de semana y empieza de nuevo el trabajo, sino por todo lo que se espera de él. La anticipación, me mata. El lunes empiezo, la frase maldita. Todo lo que se empieza un lunes nunca se termina. El lunes es el día de la falta de voluntad, cuando te obligas a ser constante. Las obligaciones nunca son un buen aliciente.
El lunes te acuerdas de todas las cosas que tienes que hacer. Decides empezar la dieta y hacer ejercicio y dejar todos tus hábitos nocivos. Te convences que es el mejor momento para volver a estudiar, llamar a todos los amigos que tienes abandonados, buscar en serio un trabajo que te guste. Te pones a hacer cuentas y calculas cómo y cuánto puedes ahorrar si te organizas mejor y en qué podrías invertirlo. Dibujas en el mapa la ruta imaginaria de tus próximas vacaciones...
El lunes, el día de la Luna para los romanos. El día en que siempre estoy en la Luna. Pero no me engaño, ya no, ya sé lo que me duran a mí los buenos propósitos...
 

Kontuz Kotzebue escribe para The Eclectic Library

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