Por la tarde estaba tan cansada, nerviosa y agobiada que he tenido que recurrir a una cura de emergencia: "Cantando bajo la lluvia". Nunca falla. La perfecta sonrisa y el encanto de Gene Kelly consiguen un subidón de endorfinas superior al del chocolate.
Me encanta esa película, la he visto decenas de veces. Y no es sólo porque sea un musical, una comedia romántica, un entretenimiento banal. Es todo lo que su aparentemente simple trama oculta. Hablamos del juego de máscaras, de las apariencias. La superestrella adorada por el público y sin ningún talento a la que todos toman por tonta y es lo bastante lista como para aprovecharse de los demás. La chica buena y con talento que en el fondo es una mema sin ambiciones de la que todos se aprovechan. El galán de gran talento, un príncipe de la elegancia y el estilo, educado en los bajos fondos y culturizado por el vodevil, que debe todo su éxito a su cara bonita. Y como no, el amigo gracioso y simpático, el payaso tonto que nadie toma en serio pero que es el que tiene todas las grandes ideas. Prototipos...
Luego yo me como la cabeza pensando en qué prototipo encajo yo, que imagen muestro de mi, qué ven los demás y qué soy realmente...
...I am singing in the shower... Just singing in the shower... What a glorious feeling...
La verdad es que el día ha empezado bastante movidito. He tenido que ir a pagar cuatro cosas y a comprar comida y he acabado comiendo en casa de la Diva.
Me cansa ir allí pero es una obligación auto-impuesta. Al fin y al cabo, la mujer hace todo lo que puede. Sólo que ya no me sirve.
Me irrita terriblemente ver lo poco equitativo que resulta el trato que doy con el trato que recibo, especialmente con mi familia y me molesta que se aprovechen de mis ideas y mi estricto sentido del deber para crearme obligaciones que se convierten en privilegios ajenos y estúpidas cargas auto-impuestas para mi. Mucho esfuerzo para tan poca recompensa...
Kontuz Kotzebue escribe para The Eclectic Library
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