Yom Kippur
Yom Kippur es, probablemente, una de las fiestas más importantes del calendario judío. Muchos judíos que no celebran otras fiestas, celebran devotamente esta, absteniéndose de trabajar y comer, acudiendo a los servicios religiosos de su sinagoga. Yom Kippur se celebra el décimo día de Tishri, o sea, hoy y tiene su origen en Levítico, 23-26.
El nombre "Yom Kippur" significa "Día de Ajuste" y eso explica bastante bien de qué va. Es el día en que se rinde cuentas con Dios por los pecados del año anterior. Se supone que Dios escribe un libro con todas nuestras buenas y malas acciones, una especie de registro de conducta, que después utilizará el día de nuestra muerte para saber si nuestra alma merece o no ser salvada. Así, en el Yom Kippur se nos da la oportunidad de hacer las paces con Dios y demostrar nuestro arrepentimiento o excusar nuestro comportamiento y reiniciar un proceso de acción nuevo, limpio.
Esta fiesta sirve tan sólo para hacer las paces con Dios, pero también con las personas. Es el día en el que se deben ajustar cuentas, buscar la reconciliación y compensar por el mal que hayamos podido hacer a otros, ya que Dios no nos perdonará una ofensa que hayamos cometido contra otra persona si antes no hemos tratado de reconciliado con esa persona y tratado de compensarle por nuestro mal trato. Y eso hay que hacerlo antes del Yom Kippur para llegar limpio y puro a nuestra "puesta a punto" con Dios.
Yom Kippur se celebra como el Sabbath; no se trabaja durante el día, se guarda ayuno durante veinticinco horas. Según el Talmud tampoco te puedes bañar ni ungirte con aceites, ni llevar zapatos de piel, ni mantener relaciones sexuales. Los Ortodoxos suelen llevar calzado de lona. De todos modos todas estas restricciones tienen como excepción el caso de que la vida o la salud pueda verse perjudicada. De hecho, los niños de menos de nueve años y las mujeres embarazadas o en los tres días posteriores al parto, no tienen permiso para realizar el ayuno incluso aunque quisieran hacerlo. Los niños más mayores y las mujeres que han pasado más de tres pero menos de siete días después del parto pueden ayunar pero se les permite romper el ayuno si sienten la necesidad física de hacerlo. Dependiendo de las enfermedades, también se puede evitar el ayuno pero eso debe consultarse previamente con un médico y un rabino.
La mayor parte del día se pasa en la sinagoga, rezando. Cuando cae la noche se sopla el Tekiah Gedolah, una ráfaga de sonidos emitidos por un cuerno curvo que incita al arrepentimiento y al perdón.
La costumbre de vestir de blanco en esta fecha simboliza la pureza y es una llamada a nuestra mente para prometer que nuestros pecados se volverán blancos como la nieve, que nos volveremos puros. Algunas personas llevan kittel, una túnica que suelen vestir los muertos cuando los entierran.
La ceremonia del Yom Kippur es de las más extensas. El servicio comienza con el Kol Nidre, una oración en la que se aclaran los votos y promesas realizados con Dios el año pasado. Sirve para limpiar la lista de cosas pendientes con Dios, para aclarar las promesas hechas y cumplidas y excusarse por las que no se han hecho efectivas. Los antisemitas se aferraban a esta oración para demostrar que los judíos no eran de confianza porque rompían su palabra hasta con Dios y por eso los Reformistas quisieron eliminar esta parte de la liturgia, sin embargo, al revés de lo que se daba a entender, los judíos consideran la palabra dada tan importante que se sienten obligados incluso cuando se comprometieron obligados por condicionantes o en estados de incapacidad temporal. Por ejemplo, los judíos obligados a cristianizarse por la Inquisición, se sentían obligados a seguir los ritos católicos porque habían dado su palabra, aunque ello les supusiera un conflicto con su verdadera fe. Por eso los reformistas permitieron que esta oración volviera a la liturgia.
Después se realiza una confesión colectiva, en la que comunidad al completa reza el Shemoneh Esrei y confiesa todos los pecados en plural, porque la responsabilidad de los pecados de cada uno es de todos. Se divide en dos partes, Ashamnu, una lista más general y Al Chet, una lista más larga y específica de todos aquellos pecados cometidos por acción u omisión, voluntariamente o a la fuerza. Curiosamente, la mayoría de estos pecados no se refieren a violaciones de las restricciones religiosas sino a faltas relacionadas con la palabra como mentir o calumniar, jurar en falso, blasfemar... Una categoría de pecados denominados Lashon ha-ra, la lengua malvada, un pecado muy grave para los judíos, que como yo, consideran el poder de la palabra como la más importante expresión del honor de una persona.
El rito finaliza con Ne'ilah, una última oportunidad para concluir los temas pendientes.
El rito finaliza con Ne'ilah, una última oportunidad para concluir los temas pendientes.
Después del Yom Kippur uno debe prepararse para la siguiente festividad, sukkot, que empieza cinco días después.
¿No sería fabuloso que todos tuviéramos una vez al año esa oportunidad de poder poner orden en nuestra conciencia y hacer las paces con todo el mundo, con nosotros mismos?
¿No sería fabuloso que todos tuviéramos una vez al año esa oportunidad de poder poner orden en nuestra conciencia y hacer las paces con todo el mundo, con nosotros mismos?
Siempre he sido pro-semita, un poco por el origen de mi apellido y otro por la gran admiración que siento por una cultura basada en la inteligencia y el respeto. El hecho de que el hombre de mi vida sea judío (no practicante pero sí hijo de madre judía) y las grandes cosas que su madre me ha enseñado han hecho el resto.
La que me mira desde el espejo está echando un vistazo al Talmud.