Rábanos
A pesar de pasar gran parte de su vida en Francia y escribir en francés más de la mitad de su obra, hoy Irlanda conmemora el centenario del nacimiento de Samuel Beckett. Aunque todo el mundo le recuerda por su espléndida obra "Esperando a Godot", yo siempre me quedo con la anécdota del periodista que le preguntó qué pensaba sobre la humanidad. Beckett entonces le respondió: "Podría hablar mucho más sobre rábanos".
Bueno, digamos que yo no soy una experta en rábanos y tampoco en la humanidad. Es más, podría decirse que la humanidad, así, en general, me importa un rábano. Ni que decir tiene lo que me pueden llegar a importar pequeñas piezas de dicha humanidad.
Estaba comiendo en casa de la Diva, que me ha tenido casi tres cuartos de hora partiendo nueces, cuando me ha telefoneado Tommy para saber si estaba libre por la tarde. No le veía desde fallas, también porque ha estado fuera del país, y me apetecía. Además esta tarde Marujita Pérez había decidido descansar de mí o dejarme descansar, o lo que sea, sospecho yo que sobre todo porque cree que le utilizo como excusa para quedar o no quedar con la Jardinera, lo cual es absurdo porque yo no necesito excusas y quedo o no quedo con alguien dependiendo sólo de si me apetece o no. Y como cosa absurda voy a descartarla y me voy a quedar con la versión blanda, que se mantiene en la idea de que, ya que nos vemos todos los días, tomarnos un día de descanso cada dos semanas tampoco es tan malo y más teniendo en cuenta que pasaremos todo el fin de semana juntas. Ahora, si es ella o soy yo la que necesita descansar es algo que dejaremos en interrogantes.
El caso es que no he quedado muy tarde con Tommy porque me apetecía que me pusiera al día de las novedades de su vida y porque es relajante quedar con alguien que sabe ser amigo sin joderte la vida. Hemos ido primero a La Seu a recoger los dvd que le presté a la Perleta y que él, delante de testigos, aseguró que dejaría allí para mí. Pero, claro, no estaban. Volvemos a lo de siempre. Si una persona vale lo que vale su palabra y esta persona no cumple su palabra, haciendo que su palabra no valga nada... ¿qué vale esa persona? Pero bueno, ¿qué se puede esperar de un tipo que tiene el cuajo de mirarme a la cara mientras me miente?
Tommy se ha traído la bicicleta y me ha acompañado a dejar mi curriculum en un par de sitios más. Cruzo los dedos cada vez que lo hago pero no veo solución fácil a mi situación de desempleo y empieza a acercarse el punto en el que me muerdo los puños.
De todos modos, al verle con la bicicleta me he vuelto a acordar del trato que hice con mi Ezpozo, por el cual, el se quedaría con mi mountain bike, que en su momento me costó cerca de seiscientos euros y además estaba casi nueva por mi poca afición a las bicis con marchas, a cambio de pagar las piezas y encargarse de la reparación de mi bicicleta vieja. Pero como también se trata de otra de esas personas que carecen del sentido del deber y la palabra, me he quedado sin mountain bike, que podría haberla vendido para pagar la reparación como era mi plan original, y encima mi bici vieja está apoyada en un rincón de mi piso, totalmente desmontada y sin ruedas.
Luego Marujita pretende que no me enfade y que me tome las cosas con calma. Pero cada vez que intento tomarme las cosas con tranquilidad y darle a alguien tiempo para que resuelva lo que tiene pendiente conmigo me encuentro con una puñalada trapera detrás de otra. No se toman la molestia de disculparse hasta que han pasado meses y ya no tiene arreglo, rechazando todos mis intentos por solucionar las cosas cuando aún hay tiempo. No aclaran las cosas y dan por supuesto lo que yo pienso sin preguntarme. Y claro, como no, tengo que poner sonrisa de santa, paciente y compasiva mientras soy testigo de la desvergüenza ajena.
¿No hay un refrán que dice que siempre te toca "hacer de puta y poner la cama"? Pues eso, que encima que me putean, me utilizan y me faltan al respeto, me voy a tener que disculpar yo. Francamente, se pueden sentar a esperar porque es más fácil que broten rábanos del cemento de la calzada de la plaza del Ayuntamiento, que yo me tome la más mínima molestia por ninguno de estos sinvergüenzas. Y no me disculpo porque no he hecho nada malo, a no ser que se considere malo haber sido amiga de quienes han abusado de mi amistad.
Ya lo cantaba Bob Dylan aunque también es un dicho popular. Me sentaré en la puerta de mi casa a ver pasar el ataud de mis enemigos. O lo que es lo mismo, la venganza no tiene prisa y el tiempo tiene su propio sentido de la justicia. Y sé que, incluso aunque yo no mueva ni un dedo, aquellos que me han atacado se van a llevar su merecido. La vida se encarga siempre de repartir a cada cual su premio, su castigo, su recompensa o su condena. Y es cada cerdo tiene su San Martín, ¿no? Además, como alguien me dijo hace unos días, bastante castigo tienen con perder mi amistad que era lo único puro que había en sus miserables vidas, ya que fuera de eso, sólo les queda el castigo de tener que vivir con ellos mismos el resto de sus vidas y con sus "amigos" que se pasan el día entero hablando mal los unos de los otros a sus espaldas. Pero eso es la amistad, ¿no? Egoísmo, deslealtad, falta de respeto, ausencia de empatía, viboreo, mentiras, amenazas, falsos orgullos, mucha vanidad, poco afecto sincero, competitividad...
Afortunadamente mis amigos de toda la vida no son así.
La que me mira desde el espejo liqua rábanos para regar lápidas.
Bueno, digamos que yo no soy una experta en rábanos y tampoco en la humanidad. Es más, podría decirse que la humanidad, así, en general, me importa un rábano. Ni que decir tiene lo que me pueden llegar a importar pequeñas piezas de dicha humanidad.
Estaba comiendo en casa de la Diva, que me ha tenido casi tres cuartos de hora partiendo nueces, cuando me ha telefoneado Tommy para saber si estaba libre por la tarde. No le veía desde fallas, también porque ha estado fuera del país, y me apetecía. Además esta tarde Marujita Pérez había decidido descansar de mí o dejarme descansar, o lo que sea, sospecho yo que sobre todo porque cree que le utilizo como excusa para quedar o no quedar con la Jardinera, lo cual es absurdo porque yo no necesito excusas y quedo o no quedo con alguien dependiendo sólo de si me apetece o no. Y como cosa absurda voy a descartarla y me voy a quedar con la versión blanda, que se mantiene en la idea de que, ya que nos vemos todos los días, tomarnos un día de descanso cada dos semanas tampoco es tan malo y más teniendo en cuenta que pasaremos todo el fin de semana juntas. Ahora, si es ella o soy yo la que necesita descansar es algo que dejaremos en interrogantes.
El caso es que no he quedado muy tarde con Tommy porque me apetecía que me pusiera al día de las novedades de su vida y porque es relajante quedar con alguien que sabe ser amigo sin joderte la vida. Hemos ido primero a La Seu a recoger los dvd que le presté a la Perleta y que él, delante de testigos, aseguró que dejaría allí para mí. Pero, claro, no estaban. Volvemos a lo de siempre. Si una persona vale lo que vale su palabra y esta persona no cumple su palabra, haciendo que su palabra no valga nada... ¿qué vale esa persona? Pero bueno, ¿qué se puede esperar de un tipo que tiene el cuajo de mirarme a la cara mientras me miente?
Tommy se ha traído la bicicleta y me ha acompañado a dejar mi curriculum en un par de sitios más. Cruzo los dedos cada vez que lo hago pero no veo solución fácil a mi situación de desempleo y empieza a acercarse el punto en el que me muerdo los puños.
De todos modos, al verle con la bicicleta me he vuelto a acordar del trato que hice con mi Ezpozo, por el cual, el se quedaría con mi mountain bike, que en su momento me costó cerca de seiscientos euros y además estaba casi nueva por mi poca afición a las bicis con marchas, a cambio de pagar las piezas y encargarse de la reparación de mi bicicleta vieja. Pero como también se trata de otra de esas personas que carecen del sentido del deber y la palabra, me he quedado sin mountain bike, que podría haberla vendido para pagar la reparación como era mi plan original, y encima mi bici vieja está apoyada en un rincón de mi piso, totalmente desmontada y sin ruedas.
Luego Marujita pretende que no me enfade y que me tome las cosas con calma. Pero cada vez que intento tomarme las cosas con tranquilidad y darle a alguien tiempo para que resuelva lo que tiene pendiente conmigo me encuentro con una puñalada trapera detrás de otra. No se toman la molestia de disculparse hasta que han pasado meses y ya no tiene arreglo, rechazando todos mis intentos por solucionar las cosas cuando aún hay tiempo. No aclaran las cosas y dan por supuesto lo que yo pienso sin preguntarme. Y claro, como no, tengo que poner sonrisa de santa, paciente y compasiva mientras soy testigo de la desvergüenza ajena.
¿No hay un refrán que dice que siempre te toca "hacer de puta y poner la cama"? Pues eso, que encima que me putean, me utilizan y me faltan al respeto, me voy a tener que disculpar yo. Francamente, se pueden sentar a esperar porque es más fácil que broten rábanos del cemento de la calzada de la plaza del Ayuntamiento, que yo me tome la más mínima molestia por ninguno de estos sinvergüenzas. Y no me disculpo porque no he hecho nada malo, a no ser que se considere malo haber sido amiga de quienes han abusado de mi amistad.
Ya lo cantaba Bob Dylan aunque también es un dicho popular. Me sentaré en la puerta de mi casa a ver pasar el ataud de mis enemigos. O lo que es lo mismo, la venganza no tiene prisa y el tiempo tiene su propio sentido de la justicia. Y sé que, incluso aunque yo no mueva ni un dedo, aquellos que me han atacado se van a llevar su merecido. La vida se encarga siempre de repartir a cada cual su premio, su castigo, su recompensa o su condena. Y es cada cerdo tiene su San Martín, ¿no? Además, como alguien me dijo hace unos días, bastante castigo tienen con perder mi amistad que era lo único puro que había en sus miserables vidas, ya que fuera de eso, sólo les queda el castigo de tener que vivir con ellos mismos el resto de sus vidas y con sus "amigos" que se pasan el día entero hablando mal los unos de los otros a sus espaldas. Pero eso es la amistad, ¿no? Egoísmo, deslealtad, falta de respeto, ausencia de empatía, viboreo, mentiras, amenazas, falsos orgullos, mucha vanidad, poco afecto sincero, competitividad...
Afortunadamente mis amigos de toda la vida no son así.
La que me mira desde el espejo liqua rábanos para regar lápidas.