Zyberspace
Hoy se celebra en este país, por vez primera, el Día de Internet. Somos aproximadamente dieciséis millones de internautas, un porcentaje dentro de la población total bastante bajo si nos comparamos con el resto de países civilizados.
La red de redes comenzó como una herramienta militar. Años después los pacifistas la han utilizado para hacer campañas antibélicas. Es obvio que internet ha hecho el mundo más pequeño haciéndonos ver lo grande que es. Ha cambiado el modo de comunicarse, las maneras de transmitir comunicación, los negocios, el arte, las relaciones sociales... No se puede dar la espalda al desafío que interne desde la tecnología hasta el más simple detalle de la vida humana.
Me compré mi primer ordenador hace unos siete años. Ya había utilizado antes en la escuela y en casa de amigos computadoras pero tener una en casa me suponía un reto porque a pesar de mi tecnofília mis conocimientos sobre su uso y posibilidades eran muy limitados. A las dos semanas descubrí internet. Empezaba a popularizarse aunque ni de lejos tenía el auge que ha llegado a alcanzar hoy. Tuve que aprender a protegerme de virus, gusanos, troyanos y malvados hackers y crackers. Descubrí un paraíso de información multilingüe que ampliaba el cielo que ya suponía para mi ir a la Biblioteca, ampliando con datos de fácil acceso, textos, imágenes, vídeos y pistas de audio que satisfacían mi curiosidad. Pude comunicarme con amigos que estaban lejos de un modo barato y cada vez más sencillo y personal, conocer gente, darme a conocer...
Para mí es uno de los mejores inventos del mundo tecnológico y un universo que dudo jamás pueda terminar de descubrir. Gracias a él podéis leerme.
La que me mira desde el espejo se ha ido a leer sus e-mails.