The party´s over
El Niño Rober viene a recogerme en una noche en la que no me apetece demasiado salir. Últimamente me está pasando demasiado eso de acabar saliendo sin ganas. La noche anterior había sido un asco y sólo podía salvar el momento del cine y la charla de dos segundos con la Pequeña Alternativa y, aunque hubo momentos de risas, en general fue tiempo perdido. No me apetecía repetirlo de nuevo anoche.
Por la tarde me había encargado de hacer limpieza en casa y estaba cansada. También me había agotado tener que zanjar un tema pendiente con la Sargento de Aluminio y la Profe, teniendo conversación privada con ambas para dejarles claro mi nuevo rol nocturno y mi posición como no-intermediario. Hablar con la pared, supongo...
Guille se iba al cine y me ofreció un café solidario para librarme de las malas vibraciones cuando llegase al Carmen pero el Niño Rober había quedado con el Argentino y aunque cruzamos varios mensajes, no llegamos a coincidir. Me apetecía, la verdad, pero parece que últimamente mi mejor opción es quedar de día con él porque de noche no solemos coincidir.
El Vizconde Blazz había quedado con Charlie y estaba en Deseo mientras a mí me arrastraban de Adn a La Goulue y de allí hasta el D54 en una de las noches más aburridas que he pasado en meses. Destacaría quizás la puesta en escena "Red Japan" y la actuación de Sandra Love en la discoteca, que de vez en cuando se agradece ver como Afrodita sigue subiendo el nivel con su siempre acertado y original vestuario y refrescante estilo y como Deborah Chawen se está convirtiendo en una verdadera diosa del escenario, perfeccionando el concepto de "diva", para alegría de sus innumerables admiradores. Y la siempre mencionable presencia de "La Menor", claro...
Cuando conseguí escaparme me fui a casa y caí muerta sobre mi cama. Puro agotamiento, obra del tedio.
Podré poner mil excusas pero lo cierto es que hace diecinueve años que salgo de noche y algo más de cinco que salgo por locales de ambiente. Exceptuando el pequeño intermedio anual que hice hace casi seis años para cambiar de vida, siempre he sido una persona muy nocturna y he vivido la noche, la fiesta y todo lo que se relaciona con el tema de un modo muy activo. Conozco todas las dinámicas, todos los patrones de conducta, los efectos y los defectos, lo más bajo del comportamiento humano, miles de historias de soledad y fuga que se esconden tras los cubitos de hielo de las copas, el laser que apunta a la bola de espejos y la purpurina aceitosa de los gogós. Me he relacionado con todo tipo de personas. He sido muchos tipos de persona... Pero ninguna excusa es válida para justificar mi tedio nocturno más que el hecho de haber convertido una diversión superficial en una rutina. La noche, es lo que tiene, que no tiene demasiado pero que parece mucho más y nos acaba enganchando a la adicción a la diversión hasta que deja de ser divertido pero seguimos buscando esa sensación especial que una vez desaparece ya no vuelve... por mucho que aumentes la dosis.
La que me mira desde el espejo se sube al podio y baila con los ojos cerrados...