Excusas
Me ha despertado la Princesa. El sábado me dijo que me llamaría y lo ha hecho. La verdad es que no contaba con ello porque, la última vez que dijo que lo haría, no lo hizo. Me da la típica palmadita en la espalda que se le da a alguien cuando te da lástima. Me dice que no le gusta que lo pase mal y que puedo contar con ella. Insiste en que no lo dice por cortesía. Pero está claro que ya no quedaremos a tomar café, ya no iremos juntas al cine, ni quedaremos para cenar o salir de copas. Es obvio que lo único que nos mantenía en contacto era la relación de pareja que tiene con la Profe y la supuesta relación de amistad que yo tenía con ella. Una vez roto mi vínculo amistoso con la Profe, la relación de inicio de una amistad en proceso con la Princesa, queda bruscamente interrumpido por el sistema denominado "daños colaterales".
Hago otro intento por abrir la puerta de la reconciliación a la Profe y la respuesta que obtengo es que yo nunca doy mi brazo a torcer. Lo cual es muy curioso teniendo en cuenta que precisamente yo soy la que más ha intentado que las cosas vuelvan a la normalidad. Otra de las frases que me llaman la atención es que las cosas que he escrito sobre ella en este blog han herido su orgullo. Sorprendente, teniendo en cuenta que nunca he escrito nada que no fuera verdad ni le he atacado directamente sino que me he limitado a explicar mis opiniones y lo que yo sentía respecto a la situación. Y si mis opiniones no eran acertadas, tampoco es que se tomara la molestia de venir a aclarar las cosas conmigo. Pero claro, era el orgullo. Siempre es una buena excusa para no reconocer que era desinterés. ¡Ah, no! Que la excusa es que no ha intentado reconciliarse conmigo porque no quería complicarlo más. ¿Conplicarlo todo o complicarse ella? Porque cuando hablamos en el D54 hace diez dias y me preguntó si podíamos quedar de día la semana siguiente yo, a pesar de mi enfado, no le negué la posibilidad. Pero claro, es más fácil renunciar a esa oportunidad y luego pasar de todo acusándome de que soy yo la que le rechaza.
También he tenido que ponerme en contacto con mi Ezpozo para recordarle que tenemos asuntos pendientes ya que ha decidido mandarme a la mierda a pesar de las falsas palabras con las que siempre ha tratado de camelarme. Así son los latinos.
Claro que la Perleta es de Salamanca y tampoco es que se haya comportado de mejor modo. Falso como una moneda de cartón.
Me tienen harta todos y pueden decirle a quien les escuche que son ellos los que no hablan conmigo cuando soy yo la que les ha sacado de mi vida porque no soporto más abusos. Confianza, respeto y lealtad son las bases de la amistad y ninguna de estas tres actitudes se ha dado en la relación con los que hasta hace bien poco yo consideraba mis amigos.
Ya me satura el cansancio de este tipo de situaciones. Conozco a alguien, mantengo mis reservas, acabo confiando, se aprovechan de todo lo que ofrezco, me dan la puñalada por la espalda, me dan la patada y encima esperan luego que sea yo la que se disculpe porque, claro, yo soy mala malísima y una persona horrible y no se puede tratar conmigo.
Pues nada, si eso os hace sentir mejor personas, ya sabeis, Diosa Odiosa, más odiosa que nunca.
La que me mira desde el espejo se calla sus excusas.
Hago otro intento por abrir la puerta de la reconciliación a la Profe y la respuesta que obtengo es que yo nunca doy mi brazo a torcer. Lo cual es muy curioso teniendo en cuenta que precisamente yo soy la que más ha intentado que las cosas vuelvan a la normalidad. Otra de las frases que me llaman la atención es que las cosas que he escrito sobre ella en este blog han herido su orgullo. Sorprendente, teniendo en cuenta que nunca he escrito nada que no fuera verdad ni le he atacado directamente sino que me he limitado a explicar mis opiniones y lo que yo sentía respecto a la situación. Y si mis opiniones no eran acertadas, tampoco es que se tomara la molestia de venir a aclarar las cosas conmigo. Pero claro, era el orgullo. Siempre es una buena excusa para no reconocer que era desinterés. ¡Ah, no! Que la excusa es que no ha intentado reconciliarse conmigo porque no quería complicarlo más. ¿Conplicarlo todo o complicarse ella? Porque cuando hablamos en el D54 hace diez dias y me preguntó si podíamos quedar de día la semana siguiente yo, a pesar de mi enfado, no le negué la posibilidad. Pero claro, es más fácil renunciar a esa oportunidad y luego pasar de todo acusándome de que soy yo la que le rechaza.
También he tenido que ponerme en contacto con mi Ezpozo para recordarle que tenemos asuntos pendientes ya que ha decidido mandarme a la mierda a pesar de las falsas palabras con las que siempre ha tratado de camelarme. Así son los latinos.
Claro que la Perleta es de Salamanca y tampoco es que se haya comportado de mejor modo. Falso como una moneda de cartón.
Me tienen harta todos y pueden decirle a quien les escuche que son ellos los que no hablan conmigo cuando soy yo la que les ha sacado de mi vida porque no soporto más abusos. Confianza, respeto y lealtad son las bases de la amistad y ninguna de estas tres actitudes se ha dado en la relación con los que hasta hace bien poco yo consideraba mis amigos.
Ya me satura el cansancio de este tipo de situaciones. Conozco a alguien, mantengo mis reservas, acabo confiando, se aprovechan de todo lo que ofrezco, me dan la puñalada por la espalda, me dan la patada y encima esperan luego que sea yo la que se disculpe porque, claro, yo soy mala malísima y una persona horrible y no se puede tratar conmigo.
Pues nada, si eso os hace sentir mejor personas, ya sabeis, Diosa Odiosa, más odiosa que nunca.
La que me mira desde el espejo se calla sus excusas.