Cambio de hora
Esta noche han cambiado la hora. A las tres, eran las dos, otra vez. Lo hacen en más de ochenta paises desde hace más de treinta años. Se supone que así se ahorra hasta un ocho por ciento de energía.
La verdad, nunca me doy demasiada cuenta de cuanta energía gasto o ahorro y no se si será mucho o poco el ocho por ciento. Sólo sé que las dos veces al año que me obliga a cambiar la hora me sirven para diferenciar las estaciones. Aparte de las alergias, claro...
He cenado con Fighter y su novia, una universitaria adolescente, de esas que seguirán siendo adolescentes a los cuarenta. La melena con reflejos, la risa fácil y escandalosa y un escote cualquier cosa menos discreto. Tampoco es muy discreta en sus comentarios y yo me abstengo de hacer ninguno pero Fighter me los lee en la mirada y nos reimos con cierta complicidad. No parece que vaya a terminar la carrera pero seguro que podría ganarse muy bien la vida haciendo televisión.
Después hemos estado en el Pub con Nus, jugando al billar, bebiendo. Luego seguimos en otro local hasta que Nus acaba de trabajar y luego a la disco...
En un momento dado me di cuenta de que ni siquiera sabía dónde estaba. No llevaba dinero encima, el móvil se quedó sin batería y me había dejado la chaqueta en el coche. Me daba igual. La que me mira desde el espejo aún está bailando en el podio.
La verdad, nunca me doy demasiada cuenta de cuanta energía gasto o ahorro y no se si será mucho o poco el ocho por ciento. Sólo sé que las dos veces al año que me obliga a cambiar la hora me sirven para diferenciar las estaciones. Aparte de las alergias, claro...
He cenado con Fighter y su novia, una universitaria adolescente, de esas que seguirán siendo adolescentes a los cuarenta. La melena con reflejos, la risa fácil y escandalosa y un escote cualquier cosa menos discreto. Tampoco es muy discreta en sus comentarios y yo me abstengo de hacer ninguno pero Fighter me los lee en la mirada y nos reimos con cierta complicidad. No parece que vaya a terminar la carrera pero seguro que podría ganarse muy bien la vida haciendo televisión.
Después hemos estado en el Pub con Nus, jugando al billar, bebiendo. Luego seguimos en otro local hasta que Nus acaba de trabajar y luego a la disco...
En un momento dado me di cuenta de que ni siquiera sabía dónde estaba. No llevaba dinero encima, el móvil se quedó sin batería y me había dejado la chaqueta en el coche. Me daba igual. La que me mira desde el espejo aún está bailando en el podio.
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