Pas le temps de vivre
Mylène Farmer, desde hace días sonando en mi pc, en mi cabeza ("Je n'ai pas le temps de vivre. quand s'enfuit mon équilibre. Je n'ai pas le temps de vivre. Aime-moi, entre en moi. Dis-moi les mots qui rendent ivres. Dis-moi que la nuit se déguise. Tu vois, je suis comme la mer qui se retire, de n'avoir pas su trouver tes pas... ")... la pelirroja más perturbadora...
Sonaba una campana en mi cabeza pero era sólo la lluvia. Mi tocaya es la patrona de las tormentas pero juro por la Diosa que yo no había pedido agua. Mi nombre viene del latín y significa "extranjera". Supongo que por eso siempre me siento fuera de lugar. Me lo puso mi padre en homenaje a una gran diva del mundo del espectáculo que era bastante popular en el momento de mi nacimiento. Tres actrices judías con ese nombre se han llevado un Oscar como mejor actriz. Yo no soy muy buena actriz. Se me nota cuando miento. De hecho, considero eso una virtud.
Cuando miento utilizo palabras cortas y no gesticulo con las manos. Cuando digo la verdad despliego todo mi amplio vocabulario y muevo las manos como aspas de molino. Cuando paso vergüenza miro fijamente hacia la izquierda y me muerdo el labio inferior. Cuando sonrío sinceramente me tapo la cara fingiendo que me rasco la nariz. Si durante una comida o cena, me siento a gusto, giro el vaso cada vez que bebo, en sentido contrario a las agujas del reloj. Si me agobio cuando bailo en la discoteca, me cambio el reloj de muñeca una y otra vez. Cuando la cabeza se me llena de palabras y necesito hablar y no puedo, hago girar la lengua dentro de la boca y la doblo como si fuera una crêpe. Cuando bebo mucho y me pierdo, si me pongo nerviosa buscando a mis amigos, me estiro de la lengua sujetándola con el pulgar y el nudillo del índice. Cuando no quiero ver algo (o a alguien), me quito las gafas y limpio los cristales. Cuando pierdo la calma subo el tono de voz, cuando me enfado me quedo callada. Cuanto más callada, más enfadada. Soy amable con la gente que quiero quitarme de encima. Lloro cuando tengo ataques de rabia. Me da vergüenza llorar. Me da vergüenza que flirtee conmigo alguien que tiene mejor aspecto que yo. Tartamudeo cuando me siento poco inteligente. He hecho de mi sonrisa una máscara. Soy sociable con gente que no soporto sólo para no sentirme una borde. Soy sarcástica, irónica y mordaz cuando me aburro. Tarareo en la ducha. Me da más vergüenza mostrar la flacidez de mis tríceps que la curva de mi abdomen. Me avergüenzo más de mi ignorancia que de mi aspecto. Me siento vulnerable cuando no controlo el tema de la conversación. Me siento una pesada cuando intento hablar con alguien que no intenta hablar conmigo. Los universitarios me recuerdan todas mis inseguridades respecto al hecho de no tener estudios. Estoy aprendiendo a jugar al ajedrez sólo para intentar centrar mi cabeza. Me gustan los puzzles y las películas mudas. Grito cuando me ahogo, aunque nunca suene nada. A veces hecho a correr sin ningún motivo.
Llevo una inscripción en el reloj y tres tatuajes en la piel. La bandera de mi pueblo tiene tres colores. Mi alma también.
¿Si un día desaparezco sabrías dónde encontrarme?
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